Mike Pence piensa en él y se aleja de Trump
Por Ansa / Bolivia Energía Libre-La Paz
El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, regresa a la campaña electoral, pero esta vez, para trazar su propio futuro político, tomando distancia de Donald Trump, que continúa reclamando, sin pruebas, que perdió las elecciones por un fraude masivo.
La tumultuosa transición, ensuciada por las infundadas afirmaciones de Trump de fraude electoral y su negativa a ceder, está poniendo a Pence en una de las pruebas políticas más importantes de su carrera.
Desde que Trump lo eligió como su compañero de fórmula, Pence ha tratado de posicionarse como uno de sus aliados más leales, aunque se distanció de algunas de las retóricas más escandalosas del mandatario.
Funcionarios cercanos al vicepresidente destacaron a NBC News que Pence sabe que será el número dos de Trump por solo menos de nueve semanas, y después tendrá que encontrar su propio camino político, sin descartar presentarse a la presidencia en 2024.
Muchos se preguntan si, para eso, trazará su propio rumbo con o sin los partidarios de Trump, quien obtuvo más de 74 millones de votos, un récord para un candidato derrotado.
Pence puede comenzar «a posicionarse como el jefe titular de la oposición leal», señaló Barry Bennett, un estratega republicano que trabajó para la campaña de Trump en 2016.
«Lo que sucedió en la Cámara nos dice que las políticas del presidente fueron bastante populares. Su personalidad, obviamente, no ayudó a algunos votantes», dijo Bennett. «Pero si Pence puede seguir las políticas y no tener el bagaje del problema de la imagen, lo hará bastante bien».
Con esos objetivos en mente, Pence regresa hoy a la campaña electoral para encabezar dos mítines en Georgia, para apoyar a los senadores republicanos David Perdue y Kelly Loeffler, quienes se preparan para una segunda vuelta en enero que determinará qué partido controlará el Senado.
Los republicanos Perdue y Loeffler reconocen que el presidente electo Joe Biden estará en la Casa Blanca el próximo año y argumentan que se necesita un Senado republicano para mantenerlo bajo control.
Sin embargo, pocos republicanos, incluido Pence, parecen dispuestos por ahora a explicar públicamente esa realidad por temor a que pueda enojar a Trump y correr el riesgo de molestar a sus partidarios de base.
«El mejor mensaje que puede transmitir el vicepresidente Pence es que los senadores Perdue y Loeffler son la última línea de defensa para proteger al Senado de una agenda de extrema izquierda», explicó Jon Thompson, vocero de Pence en la campaña.