Grupo empresarial boliviano monta en Paraguay una planta de producción de diésel con llantas en desuso
- El proyecto anuncia una inversión de aproximadamente medio millón de dólares y pretende producir hasta el 10% de la demanda del mercado guaraní -5.000 litros día- en una primera fase.
- En Bolivia la tecnología boliviana no logró apoyo gubernamental a pesar que el proyecto fue de conocimiento de las autoridades hace más de dos años
Por Bolivia Energía Libre / La Paz
Hasta 5.000 litros dia de diésel ecológico a partir de llantas y plásticos en desuso espera producir el consorcio empresarial boliviano BIT (Bolivia Industrial technology) en la República del Paraguay para cuyo efecto comprometió una inversión por aproximadamente 500 mil dólares americanos, anunció a Bolivia Energía Libre, Javier Iturralde, director responsable.
Con ese objetivo apuran gestiones para lograr la licencia ambiental y, de no mediar mayores inconvenientes, la planta entrará en operaciones a finales de agosto en el municipio de Vigueta, distante a 30 kilómetros de la capital, Asunción, precisó el empresario.
La producción diaria de diésel alcanzará, en una primera fase, a por lo menos 5.000 litros día y, pretendemos satisfacer el 10% de la demanda interna del Paraguay, comentó.
“Ya tenemos el terreno, el tinglado, ahora mismo estamos ejecutando las obras civiles para montar la planta y arrancamos los estudios del sistema de abastecimiento para la (fábrica), además ya comenzamos con las gestiones para contar con la licencia ambiental, que demorará, entre dos a tres meses; y hasta finales de julio y agosto, comenzaremos con la producción (de diésel)”, aseguró Iturralde.
Para lograr , por ejemplo, una producción de almenos 140 millones de litros de diésel, objetivo que busca alcanzar el consorcio en el Paraguay, la planta necesitará reutilizar 50.000 llantas de goma en desuso, 45.000 litros de aceites sucios y, al menos, 40.000 kilos de plásticos (bolsas nylon, botellas pet y otros).
En los hechos la factoría demandará acopiar 90 toneladas de basura clasificada, por día, para industrializar 112.000 litros cada 24 horas.
“Por ahora la materia prima en el Paraguay es suficiente, pero con planes para ampliar la producción, requerimos importar, por ejemplo, llantas del exterior, claro está a costos altamente baratos”, anticipó decisiones.
Bolivia no acogió el proyecto
La propuesta que ahora empuja el Paraguay no logró, sin embargo, apoyo en Bolivia a pesar que el consorcio alentó intensas reuniones para explicar los alcances del proyecto y los beneficios sobre todo, económicos, para el Estado.
Según Iturralde el plan que expuso a las autoridades en el Estado era emplazar 25 plantas de producción a un costo de 300 millones de dólares, para satisfacer, el 100% de la demanda de diésel en el mercado nacional.
Las plantas de biodiésel que el gobierno del presidente Luis Arce aprobó para su construcción en las ciudades de El Alto y Santa Cruz, solo cubrirán hasta el 30% de la demanda nacional de diésel, y requieren de intensa producción vegetal de palma africana, por ejemplo, para generar materia prima.
Iturralde observó al respecto que los proyectos oficiales son caros y, ante todo, depredadores del medioambiente ya que, requieren de plantaciones vegetales intensas lo que implica deforestar áreas inmensas de tierra virgen.
“Con 300 millones de dólares que costarán los proyectos gubernamentales, BTI hubiera cubierto el 100% de la demanda nacional de diésel y, solo utilizando llantas y plásticos en desuso”, recalcó.
El gobierno atraviesa, en estos momentos, una situación difiícil debido a la falta de recursos económicos para comprar diésel en el extranjero y, continuar sosteniendo la subvención a los combustibles.
En los últimos seis años el costo de la subvención a los carburantes creció en una proporción de 7,4 veces, mientras que la importación de gasolina y diésel se disparó por 19 veces desde 2006 hasta 2022. Esta situación es una de las causas de la salida de divisas y la caída de las reservas internacionales netas (RIN).
Según datos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), en 2016 el costo de subsidio a la gasolina y el diésel era de 1.424 millones de bolivianos (204,5 millones de dólares).
La Directora del Inesad, Beatriz Muriel, explicó que los precios fijos funcionan si es que las economías y gobiernos tienen la capacidad para mantener el subsidio, ya sea porque cuentan con ingresos fiscales altos y un tipo de cambio y reservas internacionales netas (RIN) elevadas. “Pero qué pasa cuando ya no hay ese sustento, es ahí cuando se tienen problemas económicos y por algún lado estallan”, dijo.
Para la economista, por el alto costo que esto representa para el Estado se debería pensar en alguna solución. Se pueden analizar aumentos paulatinos de la gasolina, pero es algo que también puede generar rechazo. “Por eso se debe pensar en alguna estrategia para reducir la subvención, sobre todo ahora que se tiene un problema con el déficit fiscal alto y la balanza comercial negativa”, apuntó Muriel.
El presidente de la estatal, Armin Dorgathen, informó el pasado 23 de febrero que la subvención al diésel en 2022 llegó a 1.163 millones de dólares y a la gasolina 550 millones de dólares, es decir 1.713 millones de dólares como costo total. Es decir un aumento de 740% en seis años.
Iturralde recordó que, precisamente, para resolver las dificultades, el consorcio propuso a las autoridades nacionales, en mas de una ocasión, soluciones factibles para empujar los planes de producción de diésel ecológico, pero en respuesta, las autoridades hicieron oídos sordos y, apostaron al cansancio.
De lograr apoyo gubernamental, la producción de diésel evitará al Estado erogación de dinero, pero ante todo, el precio al consumidor final no tendrá mayor nivel de variación.
La planta industrial además está en capacidad de ahorrar a las arcas fiscales por lo menos $us90 MM anualmente en subvención que debe pagar para importar diésel de países como Argentina, Chile y los Estados Unidos.
Diésel óptimo y de alto rendimiento
El combustible que se obtiene a partir de la basura, también ostenta un nivel de 57 cetanos, es decir, superior en al menos 10 puntos al que ostenta el diésel que importa el país, anualmente, y que está por el orden de los 47 cetanos, aseguró el empresario.
Es decir, en el combustible diésel, el cetano es un indicativo de la capacidad o facilidad de ignición. Entre mayor es el cetano, mayor será la facilidad de ignición del combustible e indica mejor calidad.
De hecho la calidad que tiene el combustible ya fue certificado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos (ANH), que aprobó el uso del combustible para fines industriales y del transporte liviano y pesado en el Estado. YPFB hizo lo propio, aseguró Iturralde.
“El litro venderá YPFB a 3.74 o incluso a 4.50 Bolivianos en el mejor de los casos dependiendo del precio de la importación de la materia prima, en todo caso, bajará la subvención que en la actualidad llega hasta los Bs10, aproximadamente”, precisó números el empresario.
Para mostrar los beneficios “sostuvimos reuniones con YPFB, la Agencia Nacional de Hdrocarburos (ANH), el Viceministerio de Altas Tecnologías, movimientos sociales de la ciudad de El Alto, pero lastimosamente no existió voluntad política para concretar los objetivos y, al fiinal, nunca nos hicieron caso”, confesó las dificultades que el grupo empresarial sopeso en Bolivia.
El proyecto y los estudios económicos de factibilidad de aproximadamente 600 páginas, incluso llegaron a los despachos de la Presidencia y Vicepresidencia del Estado, sin lograr resultados. “Logramos distribuir unas 10 copias, pero al final, salimos frustrados”, apuntó.
Según el director corporativo, para que la empresa privada pueda hacer inversiones en energía, el gobierno debe promover reformas a la Ley de Hidrocarburos, pero además ajustar cambios a la Constitución Política del Estado (CPE) debido que el sector es competencia privativa del nivel central del gobierno.
Apelamos incluso a la posibilidad de que el gobierno pueda aprobar una disposición legal similar para la producción y venta de alcohol anhidrido que realizan los ingenios azucareros a Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) para incrementar los volumenes de gasolina. “Si hicieron la burla. Solo hicieron compromisos insulsos, todo el tiempo dilataron”, protestó.
Frente al desire en Bolivia, el grupo empresarial optó por migrar al Paraguay. La nación vecina no solo acogió la iniciativa con interés inusitado, sino, también recibió apoyo. El espaldarazo caló incluso opciones para abrir nuevas oportunidades para consolidar el proyecto incluso con apoyo de capitales chilenos y argentinos, develó Iturralde.
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