Vehículos a gasolina y diésel están sentenciados en Europa, su venta se prohíbe desde 2035
Por Edwin Mirada V. | Activo$ Bolivia / Bolivia Energía Libre-La Paz
(Con datos de la Red)
Europa alista medidas para restringir la venta de vehículos a gasolina y diésel a partir de 2035 lo que transformará la industria automotriz en el mundo, anticiparon en los últimos días voceros oficiales vinculados a la Comisión Europea ante medios internacionales.
La prohibición permitirá contar con un sistema de transporte completamente libre de carbono en 2050, apuntaron las fuentes de la Comisión. La vida útil de un automóvil alcanza en promedio 15 años, subrayaron.
“Los vehículos de segunda mano serán los más afectados por las restricciones de tráfico en las zonas de baja emisión”, aseguró la presidenta de la Comisión Europea Julia Poliscanova. En metrópolis como Londres o París se prevé que el acceso se limite pronto a vehículos eléctricos únicamente, anticipó.
El precio de los vehículos eléctricos, hoy en día más caros que los térmicos, puede bajar rápidamente a medida que se fabriquen de manera masiva y el coste de las baterías disminuya.
Según el grupo Stellantis (del que forman parte las marcas Peugeot y Fiat, entre otras), la paridad se podría alcanzar entre 2025 y 2030.
El uso de uso de autos eléctricos en el mundo está evolucionando gracias a que hay cada vez más vehículos ofrecidos en leasing, lo que permite un precio más accesible, según Thomas Morel de la empresa McKinsey.
Por otra parte, se prevé que el precio de los vehículos a gasolina suba con el aumento de sanciones gubernamentales, sin mencionar las multas a los fabricantes responsables de altas emisiones de CO2, anticipó la firma automotriz alemana Volkswagen.
En Bolivia, el viceministro de Electricidad y Energías Alternativas José María Romay también reconoció que los precios de los autos eléctricos, por ahora, son altos; pero considera que a medida que transcurra el tiempo y la tecnología avance, sobre todo en lo relacionado al costo de las baterías de litio, los vehículos bajarán de precio.
En el mercado boliviano la compañía automotriz Quantum produce vehículos eléctricos y el más costoso llega a los 6.200 dólares.
“Estas brechas se irán acortando”, aseguró Romay, quien en los últimos días desató una estrategia de información para promover la electromovilidad en el país.
¿Qué será de los coches antiguos?
Expertos coinciden en que se puede imaginar que habrá incentivos para cambiar de vehículo, también bonificaciones para el desguace, debido a que un gran número de coches quedarán obsoletos y, probablemente, no tendrán derecho a circular en algunas zonas urbanas. Por tanto, su valor residual podría caer drásticamente.
Por su parte, Poliscanova cree que se necesitarán menos automóviles: “En las ciudades, en particular, utilizaremos el transporte público, bicicletas y vehículos compartidos”.
El reacondicionamiento -un motor eléctrico en un coche antiguo- podría permitir también una transición más ecológica.
Los fabricantes se adecúan
El 2020 marcó un verdadero proceso de aceleración, bajo presión de la Unión Europea y gracias a las ayudas públicas. Los fabricantes comenzaron a apostar por los coches eléctricos en sus gamas y el mercado de los híbridos y eléctricos explotó en países como Alemania, Francia o Italia.
Pero si bien han tomado nota de los cambios, los niveles de inversión siguen siendo muy variables de uno a otro. Volkswagen y Volvo presentaron los planes más ambiciosos con metas de producir el 60% de los vehículos eléctricos en Europa y el 100% en el mundo, respectivamente, hasta 2030.
Los híbridos enchufables tienen un motor eléctrico que ayuda o sustituye al motor térmico durante unos pocos kilómetros. Más pesados que sus equivalentes térmicos, con sus dos motores, pueden ser más contaminantes si no se recargan.
Este tipo de vehículo podría prohibirse en 2035, pero Francia y Alemania defienden estos coches de “transición” hacia los eléctricos. Su respuesta sigue abierta.
En cuanto a estaciones de recarga eléctrica para vehículos, la UE informó que había unos 250.000 puntos públicos en septiembre de 2020, en su mayoría terminales de baja potencia, complicadas de usar y concentradas en algunos países, según el Tribunal de Cuentas europeo.
Es el principal quebradero de cabeza de los fabricantes, quienes piden a las administraciones públicas que ayuden a instalar terminales en los hogares y en la vía pública.
“La Comisión Europea debería imponer estándares para las terminales, de modo que los conductores puedan estar seguros de cargar su vehículo, donde sea que vayan”, según Poliscanova, quien considera que debe haber un punto de recarga cada 60 kilómetros en las principales carreteras europeas.