EEUU busca construir una red eléctrica hasta Colombia para comercializar energía eólica, solar y biomasa
Por Boris Gómez U. / Bolivia Energía Libre-La Paz
El nuevo gobierno de Estados Unidos presentó ideas audaces para lograr una economía 100% movida por energía limpia. Vale decir: reducir uso de fósiles, reducir la contaminación ambiental, generar electricidad desde renovables y alcanzar, hasta 2050, cero emisiones de CO2 (gases de efecto invernadero).
Es un plan ciertamente audaz porque, de alguna manera, chocará con la industria de petróleo y gas -la tradicional y la de fracking– y habrá que ver qué tipo de regulaciones establece, guardando siempre equilibrios políticos, laborales, ambientales, etc. para promover renovables y hacer de Estados Unidos “más verde” pero sin “matar” la industria petrolera que sigue generando importantes cifras a la economía.
Ello va a requerir, sin duda, millones en investigación y desarrollo de tecnología que continúe abaratando uso de renovables en la economía, proyectos de almacenamiento de energía y baterías para vehículos eléctricos, que es en realidad una punta de lanza principal de todo el propósito de la nueva administración de Estados Unidos al retornar, además, a los Acuerdos de París que buscan que grandes economías del globo, como Europa, Estados Unidos y China, reduzcan significativamente las emisiones.
En ese sentido se conoció la existencia de un esbozo de proyecto de una red de interconexión eléctrica desde Estados Unidos hasta Colombia, pasando por Centroamérica, generada exclusivamente por fuente renovable eólica, solar, biomasa.
Ello implicará, además, planes para redoblar esfuerzos en producción de energía marítima.
Para hacer realidad el proyecto se ha previsto una inversión de 500.000 millones de dólares/año, montos millonarios que gasta el gobierno norteamericano en compras para generar una flota de vehículos eléctricos, que posteriormente, disparen la demanda eléctrica.
Ese es un primer paso: electrificar el transporte.
Adicionalmente -desde la nueva administración de la Casa Blanca- entienden además que la electromovilidad son las instalaciones (edificios) del Estado las que deben ser totalmente eficientes (desde uso de paneles solares para reducir la factura hasta domótica que les permita el ahorro real de energía).
Esto implicará, de seguro, que las actuales instalaciones se modernicen y las nuevas edificaciones estatales sean totalmente construidas bajo regulación que permita el uso eficiente de energía.
Por otro lado, está la arista referida a electrodomésticos deben ser mucho más eficientes, deben ser fabricados para consumidores que estén en la línea de las nuevas regulaciones sobre ahorro y eficiencia y que permitan esos estándares, ahorro significativo a usuarios.
Habrá que ver cómo evoluciona esa política energética propuesta por la nueva administración de la Casa Blanca, y ver cómo su principal vecino del sur, México, acomoda su propia política energética para dar vida a esa red que vaya desde Estados Unidos hasta el sur del hemisferio.
No olvidemos que el gobierno de México es no muy amigo de las energías renovables, en todo caso han dado mayor prevalencia a regulaciones y estímulos a las fósiles (petróleo y carbón, principalmente!).
Ya semanas atrás Estados Unidos se quejó formalmente ante los paneles de controversias que ambos países mantienen en virtud de tratados, que en México hay medidas que están afectando negativamente inversiones en energía renovable, dado el carácter proestatista de la administración mexicana.
Una gran parte de Latinoamérica estará en la necesidad de reformular sus políticas y principalmente sus legislaciones sobre energía para permitir tanto la generación desde renovables como la integración de compañías privadas e inversiones con estados en ese esfuerzo continental.
Estaremos pendientes a esta iniciativa que -de darse en su total concepción- constituiría un verdadero modelo de integración energética entre empresas privadas, entre estados y gobiernos que apunten a una sola dirección: abaratar costos de generación de energía, acceso universal a la energía, reducción de emisiones y posibilidad de ampliar la base industrial, transporte y comercio de ciudades y países con electricidad generada a bajo coste y desde fuente renovable.