El candidato de Trump al BID acusa a Argentina de intentar “secuestrar la elección” del nuevo presidente
Por El País / Bolivia Energía Libre-La Paz
El candidato de Estados Unidos para dirigir el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Mauricio Claver-Carone, ha acusado este martes a Argentina de emprender “una táctica obstaculizadora” para “intentar secuestrar la elección” prevista para septiembre, luego de que el país sudamericano organizara una estrategia para aplazar el proceso para elegir al nuevo presidente de la institución. El hombre fuerte del presidente Donald Trump para América Latina se ha puesto al teléfono con la prensa internacional y ha hablado en español sobre los cuestionamientos a su candidatura y el creciente consenso para posponer la elección a marzo de 2021.
Claver-Carone ha apuntado sin titubear al Gobierno de Alberto Fernández a quien ha acusado de reunir a “una minoría” para impedir su elección al frente del BID. “Quieren robarse el balón y salirse de la cancha”, reclamó. Argentina y la Unión Europea fueron los primeros en poner la atención sobre la nominación, por primera vez en la historia, de un estadounidense al frente del banco y sugirieron el aplazamiento de la elección con la mira puesta en el resultado de las elecciones presidenciales en EE UU y la posibilidad de que el inquilino de la Casa Blanca no sea Trump. En los últimos días, los apoyos a la estrategia argentina han crecido: México, Chile y Costa Rica se han decantado por ausentarse en la votación de septiembre para así evitar el quórum del 75% del poder de voto de los socios para dar validez al resultado. Otros países aún están valorando su participación. Según Los Angeles Times, fuentes diplomáticas aseguran que Canadá podría sumarse en los próximos días al bloque argentino.
El BID, fundado en 1959, tiene un capital de más de 100.000 millones de dólares. Es el mayor banco regional y tiene a Estados Unidos como principal aportante. Con créditos por 12.000 millones, lidera la lista de ayudas al desarrollo en el continente. Un acuerdo no escrito reserva la dirección del banco a un latinoamericano, pero Trump decidió este año postular a Claver-Carone. “¿Qué me hace a mí menos hispano?”, dice con ímpetu el candidato estadounidense de ascendencia cubana e impulsor de la agenda latinoamericana en la Casa Blanca. “Estados Unidos es el segundo país con más personas que hablan español, después de México”, argumenta.
La elección estaba asegurada por el apoyo de Estados Unidos, que tiene el 30% de los votos, Brasil (11,3%), Colombia (3,1%) y otros países latinoamericanos comprometidos con Washington. Pero el avance de Trump no cayó bien en la Unión Europea y, sobre todo, en Argentina, que tiene a su propio candidato: Gustavo Beliz, actual secretario de Asuntos Estratégicos en la Casa Rosada. Sin los votos necesarios para vencer a Claver-Carone, la única salida posible es el aplazamiento. El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, envió una carta en julio a todos los países del Eurogrupo para advertir que el candidato estadounidense rompería con un modelo dominantemente latinoamericano.
Claver-Carone presume de los apoyos de al menos 17 países y asegura que entre ellos hay miembros europeos. “La opinión del señor Borrell es personal y no representa el voto de los países europeos en el BID”, señala. Según distintas fuentes consultadas por este diario, el ánimo comunitario es el de acompañar la recomendación de Borrell, con seguridad en España (1,94% de voto) y más cercanos al sí que al no en Alemania (1,89%) y Francia (1,89%). El apoyo de estos tres países europeos, más los votos de Argentina, Chile, Costa Rica y México son suficientes para consumar la estrategia abstencionista.
El principal argumento del candidato estadounidense es que los países que participan en el banco decidieron por unanimidad el 9 de julio celebrar la votación de septiembre por teleconferencia, cuando el contexto de la suspensión de actividades por la pandemia del coronavirus ya existía. Claver-Carone, además, ha asegurado que permanecerá al frente del banco por un periodo de cinco años y que no buscará la reelección. “Estados Unidos no tiene ninguna intención imperialista”, dijo. El candidato de Trump ha apelado al trabajo que Estados Unidos ha emprendido en la región para impulsar el envío de recursos, por ejemplo, en el caso de México y Centroamérica a donde Washington destinó 5.000 millones de dólares para impulsar el empleo local y evitar la migración hacia Estados Unidos.