COMIBOL plantea reformas al ordenamiento legal minero para mejorar la inversión extranjera y encarar la transición energética
- La demanda de minerales tecnológicos llegará a 3.000 millones de t. y, América Latina, será un proveedor estratégico, dice la OLADE
Por Bolivia Energía Libre / La Paz
Los desafíos que tiene Bolivia al frente con la revolución tecnológica en el mundo exige la necesidad de plantear reformas de fondo que, para el sector minero, serán decisivos y estratégicos en la medida que la actividad extractiva de minerales constituye un núcleo decisivo para el crecimiento económico del Estado, planteó el presidente de la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), Reynaldo Pardo.
En este sentido es urgente abrir un horizonte de decisiones estructurales que tendrán como objetivo mostrar una señal inequívoca para el desarrollo de la actividad minera durante los próximos 50 años, por lo menos, señaló la máxima autoridad minera en un boletín institucional.
Parte de está necesidad imperiosa fue expuesta por Pardo, cuando abrió el debate en el país con una propuesta de pasos que necesita emprender el sector minero para no quedar rezagado frente al desarrollo tecnológico y la competencia internacional que hoy existe para captar inversión privada internacional de calidad.
Para entrar al escenario de la transición energética, el Estado a través del Ministerio de Minería y Metalurgia y de la Corporación Minera de Bolivia (impulsan) reformas (al ordenamiento legal minero) destacando (por ejemplo):
- Calidad de decisiones políticas (que sean) responsables con las futuras generaciones (del Estado). Una visión que en la gerencia regional de la estatal minera en Potosí fue llamada Minería Responsable para el Siglo XXI.
- Adoptar un sistema normativo, regulatorio y tributario que mejore el desarrollo del sector, con el objetivo de atraer inversión de calidad internacional que cumpla con el criterio de sostenibilidad económica. La actividad minera necesita de nuevas inversiones privadas nacionales y/o internacionales para desarrollar proyectos catalogados por el gobierno de clase mundial.
Las propuestas expuestas por la autoridad minera, constituyen, a toda luz, un camino a seguir para impulsar reformas estructurales al sector minero que, de hecho, necesita y, demanda imperiosamente en el nuevo siglo.
Tres son los pilares fundamentales de la propuesta lanzada y tienen que ver con: reformas al ordenamiento legal que rige al sector minero (Ley de Minería No. 503); mejorar las condiciones regulatorias y tributarias para atraer inversión privada extranjera de alta calidad; y alistar al sector extractivo minero nacional para la transición energética que se avecina como una avalancha que, sino estamos preparados, nos enfangará en el atraso y el subdesarrollo tecnológico.
La transición energética para decantar en resultados palpables, como la industrialización del litio, necesita de minerales estratégicos que Bolivia los tiene, apunta el alto ejecutivo gerencial.
Identificando las oportunidades que se presentan en la economía internacional a mediano y largo plazo, el país posee minerales decisivos que, requiere el nuevo orden mundial para sustituir las energías fósiles.
Las energías renovables necesitaran de metales tecnológicos como el níquel, cobalto, cobre, litio, plata y tierras raras, mencionó Pardo.
La demanda crecerá sobre los minerales indispensables para la transición energética habida cuenta de que los acuerdos internacionales sobre el cambio climático establecen que el mundo debe llegar a una situación de cero emisiones netas al año 2050, subrayó.
Demanda mundial de minerales tecnológicos
A propósito de este asunto de interés geopolítico mundial, la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) informó que el Banco Mundial estima que se necesitarán más de 3 mil millones de toneladas de minerales y metales para lograr la transición energética y, América Latina, será un proveedor estratégico, anunció el secretario ejecutivo de la Organización Latinoamericana de Energía (OLADE), Andrés Rebolledo Smitmans.
“…para lograr esta transición, lo que requerirá una expansión significativa de la capacidad de extracción y procesamiento, así como un enfoque en el reciclaje y la circularidad de los minerales”, señala la autoridad energética.
En este escenario América Latina y el Caribe (ALC) emergen como un actor clave en esta ecuación, dice Rebolledo.
Según los reportes de los países miembros de OLADE y el Servicio Geológico de los Estados Unidos, la región alberga una impresionante gran cantidad y variedad de minerales críticos.
Menciona, en ese sentido que la región tiene en su poder el 61% de las reservas mundiales de litio, el 45% de cobre, el 24% de grafito natural, el 34% de la plata y el 17% del zinc, por nombrar solo algunos.
Estas cifras destacan el potencial latente que la región posee y su importancia en el panorama global de suministro de minerales, subrayó.
El reciente anuncio de China sobre restricciones a la exportación de galio y germanio hacia Estados Unidos subraya la fragilidad de las cadenas de suministro globales de minerales críticos.
Estos metales son vitales para la fabricación de chips de computadoras, cables de fibra óptica y vehículos eléctricos.
Este evento destaca la importancia de diversificar las fuentes de suministro y explora nuevas oportunidades en América Latina, especialmente para los países que producen bauxita y zinc, sugiere Rebolledo.
La transición energética catapultará la demanda de varios minerales críticos, que será para varios de ellos extremadamente intensiva.
Hoy por hoy, muchos de estos minerales tienen mercados diversificados o no relacionados con el sector energético, como son el níquel o la plata, sin embargo, a medida que avancen las transiciones, la demanda de varios de estos minerales crecerá exponencialmente y, los consumos destinados a la transición serán mucho más relevantes, indica el alto ejecutivo de la OLADE.
La región puede aprovechar este contexto para convertir estos minerales críticos en minerales estratégicos. Su explotación racional y sostenible, en comunión con las comunidades podría cambiar el paradigma de ALC, reflexiona.
La clave será entender cómo puede nuestra región mejorar la situación socioeconómica de su población, cuidando sus recursos, maximizando la canalización de inversiones y generando un crecimiento económico sostenible y un desarrollo de infraestructura que perdure en el tiempo. nueva minería nos ofrece, indica la autoridad energética subregional.
En este escenario de oportunidades, Bolivia cuenta con una interesante disponibilidad de recursos minerales para la transición energética, pero conviene mencionar algunas condiciones referidas a los requisitos para obtener todos los beneficios potenciales.
La dimensión de la inversión necesaria para el conjunto de las actividades es mayor y en muchos casos no están disponibles a corto plazo. También en este aspecto la competencia geopolítica será determinante en el resultado final, reflexionó Pardo.
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