La Casa Nacional de Moneda emplaza un laboratorio para cultivar ciencia y preservar el patrimonio cultural que tiene Potosí
- El director del mayor repositorio nacional en Sudamérica, Luis Mauricio Arancibia Fernández, desató una estrategia a la que llama “democratizar” el acceso de la población a la “cultura, el arte y acervo histórico” que se encuentran sumidos en el olvido y extraviados en el pasado.
Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre-Potosí
La Casa Nacional de Moneda (CNM) busca convertirse en un “laboratorio para cultivar el conocimiento” orientado a revalorizar la riqueza patrimonial que tiene la Villa Imperial de Potosí. Con este fin el nuevo director del mayor repositorio histórico en Sudamérica, Luis Mauricio Arancibia Fernández, teje un plan que tiene a la población de aliada estratégica, bajo el denominativo de “democratizar el acceso a la cultura y el arte”, actualmente sumidos en el olvido y extraviados en el pasado.
El desafío alcanza incluso a la universidad. “Es importante, en adelante, que la academia comience a cultivar ciencia y conocimiento a partir de la CNM, convierta al repositorio en un centro generador de ideas que deriven en investigaciones científicas que permitan hilvanar, a su vez, propuestas de desarrollo económico, político y/o social en el Estado”, subrayó el letrado potosino.
El aporte que hizo el Cerro Rico de Potosí al surgimiento de la economía global, fue definitivamente, decisivo para la época colonial.
La producción de plata sistemática desde los siglos XVI y XVII, impulsó el comercio internacional. Potosí fue el productor del 70% de la plata en el mundo en el siglo XVI y del 60% en el siglo XVII. La plata potosina era el dólar de la antigüedad.
La producción inmensa de plata obligó a monetizar el metal. Así nació la construcción civil de mayor dimensión de la América colonial, conocida como “El Escorial de América” la Casa de la Moneda de Potosí.
Sus primeros cimientos se levantaron entre 1759 y 1773. En ella, aparte de los sueños de militares, aventureros y comerciantes, se acuñaron monedas para España de 1773 a 1825, para las Provincias Unidas del Río de la Plata en 1813 y 1815, y Bolivia de 1825 a 1951.
Con más de 248 años de historia de la Casa de Moneda, el mascarón, obra del francés Eujenio Moulon, que vigila la entrada ya no parece sonreír. Muestra una expresión irónica como adivinando el futuro nada alagueño para la capital imperial de Potosí.
“Esta idea de democratizar el acceso a la CNM, tiene que ver no solo con las visitas de la población, sino, también con facilitar, el archivo y la biblioteca, a investigadores de la ciencia que buscan enriquecer el conocimiento”, apuntó.
En adelante la CNM tiene que generar demanda en la población. “Será necesario abrir las puertas del repositorio a todos sin excepción bajo una lógica plural y democrática que significa, por ejemplo, que la población que vive en las provincias en Potosí o el resto de los departamentos del Estado, tengan acceso, incluso gratuito al repositorio para que puedan bañarse en historia y cultura, solo así podremos sembrar conciencia en la ciudadanía de preservar lo que tenemos. Hacer lo contrario, cerrar las puertas, es contraproducente”, expone el plan de acción que tiene en mente para los próximos años Arancibia.
La iniciativa busca relanzar el repositorio histórico a partir de una visión distinta de mirar el acceso del ciudadano a la cultura con un ciclo de eventos, en zonas y barrios, que reflejan la riqueza cultural que abriga desde hace Siglos la ciudad de Potosí.
“Voy a sacar la CNM de la vitrina y llevar a la calle para que todos conozcan lo que tenemos y el valor universal que resguardamos y que debe servir para mejorar el desarrollo nacional”, evoca.
Así la CNM lanzó los primeros desafíos abriendo tertulias en los ambientes que tiene para hablar sobre explotación de plata en las minas del Cerro Rico durante el Siglo XV, recrear costumbres y tradiciones navideñas durante la colonia, pero, además, promueve conversatorios con ilustres personalidades de la literatura boliviana, sobre el acervo cultural que guarda Potosí.
Lo que esta haciendo Arancibia es bajar del pedestal a la Casa Nacional de Moneda y trasladar a calles y los hogares, para que conozcan lo que tiene, revalorizar el patrimonio que esta a su alcance, y en lo fundamental, asuman conciencia de la necesidad de conservar la riqueza cultural que flanquea, todos los días, su modo de vida en el municipio y el departamento.
Este giro que está imprimiendo coincide además con los 35 años que acaba de cumplir la ciudad de Potosí como Patrimonio Cultural de la Humanidad, título acreditado el año 1987 por la UNESCO y que actualmente requiere de esfuerzos institucionales para mantener vigente este privilegio.
“Acabo de iniciar una gestión mucho más democrática de la institución de la Casa Nacional de Moneda con la población potosina, en el entendido de que la edificación arquitectónica que ostenta, su existencia desde hace siglos, y la magnificencia con la que se maneja, alejó a la institución de la sociedad al punto que la considera ajena a su realidad”, comentó Arancibia.
Con casi 75.000 visitas con las que espera cerrar este año, el director, ésta convencido que la población “no termina de conocer lo que tiene la Casa Nacional de Moneda y el acervo histórico que resguarda en el fondo, y, por lo tanto, esa realidad debe cambiar, transformarse”.
En materia económica, por ejemplo, quién visita la CNM no asimila la importancia que tuvo este repositorio, en su momento, en el mundo. La moneda que acuñaba constituía referencia obligada para saber valor y precio de la plata en Sudamérica, Europa y el Asia. Todos tenían que mirar Potosí para saber cual era el comportamiento financiero del mundo, relató.
Es decir somos propietarios del repositorio que alberga “la historia económica del mundo”, subrayó enfático Arancibia.
Para insertar en la agenda ciudadana la importancia que tiene la CNM, será necesario transformar los diálogos que los guías exponen durante la visita al repositorio nacional, anticipa decisiones.
El plan tiene además a los niños como piedra angular para cambiar lo que piensa la población sobre el rol que juega la CNM y los beneficios que deja para el municipio contar con una riqueza patrimonial y cultural invalorable en el mundo.
“Vamos habilitar un ambiente en la CNM para hablar con las nuevas generaciones sobre cultura, patrimonio e historia”, afirmó.
Porque no hacer factible que “los niños puedan informar lo que tiene la Casa Nacional de Moneda con réplicas de la riqueza patrimonial que guardamos, haciendo teatro, promoviendo talleres de formación artística, pintura, literatura, detalles que, la solemnidad del museo, dejó en el olvido, y ahora, es tiempo de desempolvar para echar luz sobre la oscuridad”, expuso argumentos.
La proyección es formar “futuros academicistas, proponer al mundo de la academia información y conocimiento bien fundamentado”, subrayó.
Parte de este proceso fue divulgado recientemente por Arancibia en el barrio de San Roque, en la ciudad de Potosí, donde traslado una biblioteca móvil con literatura seleccionada para niños. Allí durante algo más de dos horas, profesionales en bibliotecología de la CNM, promovieron lectura en temáticas especializadas. “Estamos preparando futuros profesionales”, recalcó.
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