La balanza comercial logra superávit después de siete años, dice el viceministro de exportaciones
Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre/Brújula Digital
A confesión de parte, relevo de pruebas, señala el adagio popular y lo que hizo el viceministro de exportaciones, Benjamín Blanco, es admitir que el déficit comercial golpeó a la economía los últimos siete años, una regla que logró romper el gobierno recién este año ya que las ventas fueron mayores a las compras.
“Este resultado tan positivo 1.583 millones de dólares (en exportaciones) no lo veíamos desde el año 2014, es decir, tenemos un superávit después de (siete) años de tener (pérdidas) seguidos”, afirmó la autoridad en declaraciones que hizo al canal de televisión gubernamental Bolivia Tv.
Según Blanco el superávit comercial es una muestra clara de los resultados que esta dejando la política gubernamental de “sustitución de importaciones” ya que el año pasado, al mismo periodo, enero-noviembre de 2020, el país registró una balanza negativa ya que importamos bienes y servicios por “$us158 millones más de lo que habíamos exportado generando una reducción de nuestras divisas”.
La industria, sin embargo, alerta lo contrario. Señala que la perspectiva en el manejo de la política económica que plantea la industrialización con sustitución de importaciones, llevará adelante la creación de empresas públicas que desplazan a la inversión privada e impulsará una mayor presión recaudatoria sobre los contribuyentes para financiar la inversión pública y aliviar el déficit fiscal.
“Por lo tanto, el sector privado podría ser más sobre fiscalizado y sobre normado con fines recaudatorios”, presagió el presidente de la Cámara Nacional de Industrias (CNI), Ibo Blazecevic la semana pasada en ocasión de hacer una evaluación de la economía y bajo qué condiciones termina el sector industrial la gestión 2021.
El analista económico, Gonzalo Chávez, también denunció que el gobierno lo que hizo con el Presupuesto General del Estado 2022, es arrinconar a la inversión privada en un cuarto, oscuro y altamente regresivo.
“Además de un presupuesto elefante que arrincona al sector privado en las esquinas del cuarto, el PGE 2022 es centralista y “popuneoliberal”, el 85 % de los ingresos, gastos e inversiones están en nivel nacional y sólo un 15% se distribuye en los municipios, las gobernaciones, entidades descentralizadas, universidades y otras instituciones. Además, la lógica económica es que a nivel nacional el Estado se vuelve populista o sea gastador, botarate y dispendioso, pero el nivel regional sigue la receta neoliberal: corte y racionalización”, afirmó el analista en un escrito que publicó en medios locales en la ciudad de La Paz.
Según Blazicevic, “ante este escenario, nuestra perspectiva para el 2022 estima una recuperación de la industria del orden del 4%, si y solo si los factores señalados se mitiguen y, sobre todo, la política de lucha contra el contrabando adquiera algún grado de relevancia. Para la economía en general prevemos una recuperación del PIB cercano a los valores estimados por los organismos internacionales (entre 3 y 3,5%)”.