Retirar los ahorros de las AFP implica renunciar a la pensión solidaria de vejez, aguinaldo y seguro de salud
Edwin Miranda V. | Activo$ Bolivia-La Paz
La decisión de retirar los ahorros de las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) implicará renunciar a la pensión solidaria de vejez y al seguro de salud, señalan casi de manera coincidente Gustavo Rodríguez Cáceres y Alberto Bonadona, expertos en seguridad social a corto y largo plazo.
El proyecto de ley para la devolución parcial o total de aportes de las AFP fue aprobado en la Cámara de Diputados y pasó al Senado para su revisión.
La propuesta considera devolver hasta el 15% de los aportes a quienes tengan en su cuenta individual hasta 100 mil bolivianos y no perciban salarios en los sectores público o privado.
Mientras que a los aportantes que tengan más de100 mil bolivianos se les devolverá un monto máximo de 15.000 bolivianos.
“La ley que autoriza la devolución de aportes es por completo perjudicial para quienes opten por hacerlo y es nefasta para el futuro de la seguridad social en nuestro país”, afirmó Rodríguez.
Explicó que la persona que decida retirarlos perderá automáticamente el beneficio de la pensión solidaria de vejez que aplica el sistema para compensar y asegurar una renta vitalicia de por vida.
Para demostrarlo apeló a un ejemplo. “Si una persona posee 275.000 bolivianos en las AFP, significa que tiene asegurada una pensión de vejez básica de 1.600 bolivianos; pero, además, por efecto de la pensión solidaria, dispondrá a su favor hasta 800 bolivianos adicionales, recursos resultantes de los 23 años de aportes que hizo al sistema”.
Entonces, cuando el beneficiario decida jubilarse, tendrá una renta de vejez de 2.400 bolivianos y acceso a un seguro de salud y aguinaldo vitalicios.
Pero la situación cambia radicalmente si la persona retira parte del dinero como propone la ley de devolución de aportes.
“Si retira los 15.000 bolivianos, renuncia automáticamente a la pensión solidaria de 800 bolivianos que, mes a mes, se entrega al beneficiario que tiene una renta básica de 1.800 bolivianos. Dejará además de tener aguinaldo vitalicio”, aseguró.
Según el economista, el perjuicio no solo será individual, sino también familiar, ya que la mujer y los hijos, directos descendientes y beneficiarios de la pensión de vejez, “tendrán menos dinero y menos beneficios sociales cuando el beneficiario deje de existir”.
Bonadona también señala que las personas próximas a jubilarse no deberían retirar un solo boliviano de las AFP “porque no es conveniente”.
“Más bien, yo sugiero que sigan aportando para llegar a los diez años y tener una pensión básica que está por los 640 bolivianos, un valor variable en función de los años de cotización que tienen junto a la pensión solidaria”, afirmó el economista.
¿Qué pasa con aquellas personas que no tienen edad para jubilarse y tampoco los aportes necesarios para acceder a una pensión de vejez a partir de los 58 años?
Rodríguez respondió que para quienes tienen 50 años y un monto ahorrado igual o menor a 10.000 bolivianos el perjuicio es más significativo, ya que están renunciando a sus derechos a la jubilación, salud y pensión solidaria; pero, además, estarían negando recursos a sus descendientes.
Una visión distinta tiene Bonadona. Señala que para quienes tienen 50 años y no podrán llegar a los 10 años de aportes, lo mejor es que retiren el ahorro que tienen porque “recibirán anticipadamente un fondo al que debieron acceder recién a los 58 años”.
Devolver lo retirado, pero con intereses
Otro punto de importancia para Rodríguez tiene que ver con la posibilidad de que la persona que decidió retirar parte de sus ahorros, pueda devolverlos al sistema pasado un tiempo.
“Tendrá que devolver el dinero más los rendimientos que hubiera generado el fondo durante dos o tres años en las AFP”, apuntó.
Las AFP pagan, en promedio, 5% de interés por los aportes al año y con la posibilidad de capitalizar los fondos. Por lo tanto, si una persona retira los 15.000 bolivianos, en cinco años tendrá que devolver 19.300 y en diez años 24.300 bolivianos, es decir, opera como un préstamo muy costoso y difícilmente se podrá devolver lo retirado, señaló.
Prestar dinero y respetar la seguridad social
Para Rodríguez, la ley de devolución de aportes de las AFP conculca derechos sociales que están consagrados por la Constitución Política del Estado (CPE).
Es por eso que planteó la necesidad de revisar la norma e invocó al Gobierno a abrir la posibilidad de generar un fondo solidario para ayudar a quienes tienen la posibilidad de jubilarse para llegar a la edad suficiente y prestar dinero a quienes están lejos aún de hacerlo.
“El Estado, por ejemplo, creó un fondo de promoción minera con más de 100 millones de bolivianos, estableció además un fondo de incentivo para las actividades exploratorias de hidrocarburos con más de 400 millones de dólares. Si hace eso para actividades extractivas, ¿por qué no hacer lo mismo para la población vulnerable de la seguridad social, a favor de las personas que hoy tienen 50 años, para que puedan acceder a un préstamo y, de esta manera, no perderán el derecho que tienen a la jubilación”, planteó.
Para el economista, en función de estos antecedentes, nadie debería retirar su dinero y menos creer que la ley de devolución de aportes le beneficia.