Gobierno anuncia que el litio irrumpirá en la industria eléctrica para bajar costos
Por Edwin Miranda V. / Bolivia Energía Libre-La Paz
El litio será utilizado como recurso estratégico para la generación eléctrica con dos propósitos: revolucionar el acceso de energía a la población en el Estado, y bajar los costos para la producción. ¿Cómo y bajo qué condiciones? Serán preguntas a las que el Viceministerio de Electricidad y Energías Alternativas, junto a la Empresa Nacional de Electricidad (ENDE) y la Autoridad de Fiscalización de Electricidad y Tecnología Nuclear (AETN), tendrán que responder con resultados.
La decisión pero además, la orden de trabajo, fue impartido por el Ministro de Hidrocarburos y Energías, Franklin Molina, a principios de semana.
“La integración con lo que es la industria del litio, también va ser un factor importante para la industria eléctrica”, afirmó Molina para quién “será responsabilidad del Viceministro de Electricidad, todo su equipo técnico, (pero además) de las entidades relacionadas con el sector eléctrico, impulsar medidas de eficiencia energética en el Estado”.
Las flamantes autoridades que deberán desplegar esfuerzos institucionales para impulsar reformas al sistema de generación eléctrica son el Viceministro de Electricidad y Energías Alternativas, José María Salvador Romay Bortolini, el Presidente Ejecutivo de ENDE, Marco Antonio Escobar Seleme, y el Director Ejecutivo de la Autoridad de Fiscalización de Electricidad y Tecnología Nuclear, Lucio Aruquipa Fernández.
Litio y electricidad
El funcionamiento del sistema eléctrico tradicional se basa en una generación centralizada mediante grandes plantas de generación como las nucleares, hidráulicas, de gas natural y de carbón, refiere al respecto el portal digital The Conversation.
Actualmente la electricidad se transporta mediante redes de alta tensión hasta los centros de consumo, situados en las ciudades y polígonos industriales, con objeto de producir bienes, desarrollar la actividad de comercios y empresas y suministrar energía a los hogares, indica la página digital.
El buen funcionamiento y la fiabilidad de este sistema eléctrico tradicional son indiscutibles. Sin embargo, al estar basado principalmente en combustibles fósiles y nucleares, dicho sistema no puede considerarse sostenible.
Las energías renovables son herramientas clave que van a permitir un cambio en este paradigma energético. Estas tecnologías rompen con las economías de escala que incentivaban la construcción de grandes plantas de generación eléctrica, permitiendo así la instalación de pequeñas centrales cercanas a los puntos de consumo y reduciendo, de esta forma, la necesidad de redes de alta tensión.
Esta menor necesidad de redes de transporte eléctrico cobra especial relevancia si se tiene en cuenta el notable aumento en el consumo eléctrico que supondrá la inminente llegada de la movilidad eléctrica que, de otra manera, requeriría una importante inversión en redes de transporte eléctrico.
Las baterías entran en escenario
Según The Conversation, las baterías definitivamente entraron a jugar fuerte en la generación eléctrica en el mundo.
Son sistemas de almacenamiento que se pueden instalar en los puntos de la red eléctrica donde sean más necesarios, pueden revolucionar el sistema tradicional de suministro de electricidad.
Existen diversos tipos de baterías, aunque son las de plomo−ácido las más utilizadas hasta hace pocos años debido a su bajo costo.
Recientemente, ha tomado fuerza un feroz competidor del plomo en la fabricación de baterías: el litio, el metal más pequeño y ligero de la tabla periódica.
Las baterías de iones de litio presentan mejores prestaciones que las de plomo−ácido en cuanto a tiempo de vida y eficiencia.
La tecnología de las baterías de litio cuenta ya con una trayectoria comercial de casi tres décadas, en la que su espectacular desarrollo ha hecho que las baterías actuales y las que se desarrollaban hace pocos años sólo tengan en común su elemento portador de carga: el litio.
Las primeras baterías de litio se pusieron en el mercado a principios de la década de los 90 y se utilizaban para ordenadores portátiles, teléfonos, etc.
El conocimiento adquirido y las mejoras tecnológicas realizadas durante las décadas de los 90 y los 2000, unidos a las posibilidades de abaratamiento detectadas en este tipo de baterías, han hecho que los fabricantes de vehículos eléctricos (bicicletas, ciclomotores, patinetes, coches, autobuses urbanos, etc.) se hayan inclinado, de forma prácticamente unánime, por diferentes tipos de baterías de litio.
La curva de aprendizaje y las economías de escala derivadas de esta decidida apuesta están dando lugar a una rápida reducción de costos.
Al día de hoy, desde el sector de las energías renovables se ve a las baterías de litio como la solución para su principal problema: la gestión de la energía generada.
Sin embargo, el coste de estas baterías produce una reducción en la rentabilidad económica de las instalaciones renovables.
Por ello, cada vez hay más fábricas de baterías de litio a nivel mundial (entre las que destacan las llamadas gigafábricas), compitiendo por conseguir producir la batería más barata y con mejores prestaciones del mercado.